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1. Explora las islas: la Polinesia Francesa se compone de más de 100 islas, cada una con su propio encanto único. Visite destinos populares como Tahití, Bora Bora, Moorea y Huahine para experimentar playas impresionantes, aguas cristalinas y paisajes exuberantes. 2. Snorkel y buceo: las islas de la Polinesia Francesa ofrecen algunos de los mejores lugares para practicar snorkel y buceo del mundo. Descubra vibrantes arrecifes de coral, nade con peces de colores e incluso encuentre mantarrayas, tiburones y delfines. 3. Visite Pearl Farms: la Polinesia Francesa es famosa por sus perlas negras. Realice un recorrido por una granja de perlas para conocer el proceso de cultivo y presenciar la creación de estas preciosas gemas. Incluso puedes comprar tu propia joya única como recuerdo. 4. Realice un crucero por la laguna: explore las lagunas de las islas en un crucero. Disfrute de vistas panorámicas, deténgase en playas solitarias y nade en aguas cristalinas. Algunos cruceros también incluyen actividades como snorkel, kayak y entretenimiento tradicional polinesio. 5. Experimente la cultura polinesia: sumérjase en la cultura local asistiendo a espectáculos de danza tradicional, probando la cocina polinesia y visitando los mercados locales. Conozca la historia, costumbres y tradiciones de las islas a través de museos y centros culturales. 6. Senderismo y paseos por la naturaleza: la Polinesia Francesa ofrece impresionantes paisajes naturales, que incluyen exuberantes bosques tropicales, picos volcánicos y cascadas escondidas. Embárquese en rutas de senderismo para explorar la belleza natural de las islas y disfrute de vistas impresionantes. 7. Relájese en las playas: la Polinesia Francesa es famosa por sus prístinas playas de arena blanca. Pase sus días tomando el sol, nadando o simplemente relajándose bajo la sombra de las palmeras. Algunas playas también ofrecen deportes acuáticos como remo y kayak. 8. Visite sitios históricos: descubra la rica historia de la Polinesia Francesa visitando sitios históricos como antiguos marae (sitios sagrados), edificios coloniales y sitios arqueológicos. Conozca el pasado de las islas y la influencia de los exploradores europeos. 9. Realice un recorrido en helicóptero: para obtener una perspectiva única de las islas de la Polinesia Francesa, realice un recorrido en helicóptero. Vuela sobre los impresionantes paisajes, admira las lagunas color turquesa y sé testigo de la belleza de las islas desde arriba. 10. Disfruta de los deportes acuáticos: la Polinesia Francesa es un paraíso para los amantes de los deportes acuáticos. Pruebe actividades como motos acuáticas, kitesurf, windsurf y vela. Las islas también ofrecen excelentes condiciones para la práctica del surf, con algunas olas de clase mundial.
La mejor época para viajar a la Polinesia Francesa es durante la estación seca, que va de mayo a octubre. Este período ofrece un clima agradable con temperaturas cálidas y precipitaciones mínimas. La temporada alta de turismo en la Polinesia Francesa es entre junio y agosto, por lo que si prefieres menos aglomeraciones, es recomendable visitarla en mayo o septiembre. Sin embargo, tenga en cuenta que la Polinesia Francesa disfruta de un clima tropical, por lo que incluso durante la temporada de lluvias (de noviembre a abril), aún puede disfrutar de un clima hermoso, aunque puede haber lluvias ocasionales.
La Polinesia Francesa es un destino turístico único con una cultura rica y vibrante. Los pueblos indígenas de la Polinesia Francesa son conocidos como polinesios y su cultura está profundamente arraigada en su conexión con la tierra y el mar. Uno de los aspectos más distintivos de la cultura de la Polinesia Francesa son sus artes y artesanías tradicionales. Los polinesios son hábiles artesanos, conocidos por sus intrincados tallados en madera, fabricación de telas y tejidos. Los visitantes pueden explorar los mercados y tiendas locales para encontrar artículos bellamente elaborados, como máscaras, esculturas, cestas y pareos (pareos). La música y la danza también son partes integrales de la cultura polinesia. Las danzas tradicionales, como la famosa danza tahitiana, se interpretan con gracia y energía. Estos bailes suelen contar historias de leyendas antiguas y van acompañados de tambores y cantos rítmicos. Asistir a un espectáculo de danza tradicional polinesia es una experiencia obligada para cualquier viajero a la Polinesia Francesa. Los polinesios tienen una fuerte conexión con su entorno natural, y esto se refleja en sus prácticas y creencias tradicionales. Muchas comunidades polinesias todavía se adhieren a costumbres y rituales antiguos, como el tatuaje, que se considera una forma de arte sagrado. Los visitantes pueden aprender sobre estas costumbres e incluso hacerse un tatuaje tradicional polinesio como recuerdo permanente de su viaje. La comida es otro aspecto importante de la cultura de la Polinesia Francesa. La cocina de las islas es una mezcla de ingredientes tradicionales polinesios e influencias francesas. El pescado y el marisco frescos son elementos básicos de la dieta local, y son populares platos como el poisson cru (pescado crudo marinado en jugo de lima y leche de coco) y el mahi-mahi con salsa de vainilla. Los visitantes también pueden probar frutas tropicales como la piña, el mango y la papaya, así como delicias locales como la fruta del pan y el taro. En general, la cultura de la Polinesia Francesa es una mezcla fascinante de tradiciones antiguas e influencias modernas. Los visitantes de las islas tienen la oportunidad de sumergirse en esta cultura única, ya sea a través de artes y artesanías tradicionales, espectáculos de música y danza, o probando la deliciosa cocina local.
Cuando visite la Polinesia Francesa, hay varios artículos únicos que puede considerar agregar a su lista de compras o traerse como recuerdo. Aquí hay algunas sugerencias: 1. Perlas Negras: La Polinesia Francesa es famosa por sus exquisitas perlas negras. Estas perlas vienen en varios tamaños, formas y colores, y puedes encontrarlas en joyerías de todas las islas. 2. Tifaifai: Tifaifai es una colcha tradicional polinesia hecha a mano. Presenta colores vibrantes y patrones intrincados, y puede usarse como tapiz, colcha o mantel. 3. Aceite de monoi: El aceite de monoi es un aceite fragante elaborado mediante la infusión de aceite de coco con flores de Tiaré, que son originarias de la Polinesia Francesa. Se utiliza para el cuidado de la piel, el cabello y masajes, y es un artículo de recuerdo popular. 4. Pareos: Los pareos son telas estampadas de colores que se pueden usar como faldas, vestidos o pareos de playa. Vienen en varios diseños y son un souvenir versátil y moderno. 5. Tallas en madera: la Polinesia Francesa es conocida por sus exquisitas tallas en madera, que incluyen esculturas, máscaras y artículos decorativos. Estas piezas suelen representar dioses, animales o símbolos tradicionales polinesios. 6. Vainilla: la Polinesia Francesa produce vainas de vainilla de alta calidad y puedes encontrar productos de vainilla como extractos, vainas y productos aromatizados en los mercados y tiendas locales. 7. Artesanía: La Polinesia Francesa es hogar de hábiles artesanos que crean hermosas artesanías como cestas tejidas, sombreros, bolsos y joyas utilizando materiales naturales como hojas y conchas de pandanus. 8. Arte local: muchos artistas locales en la Polinesia Francesa crean impresionantes pinturas, esculturas y cerámicas inspiradas en la belleza natural de las islas y la cultura polinesia. Estas obras de arte pueden ser excelentes recuerdos para llevar a casa. 9. Instrumentos tradicionales: si le interesa la música, considere comprar un instrumento tradicional polinesio como un ukelele, un tambor tahitiano o una flauta de nariz. Estos instrumentos son únicos y pueden ser una excelente manera de recordar su viaje. 10. Productos alimenticios locales: la Polinesia Francesa tiene deliciosos productos alimenticios locales como miel con infusión de vainilla, conservas de frutas, mermeladas tropicales y sales aromatizadas. Estos artículos pueden ser un sabroso recordatorio de su estancia en las islas. Recuerde consultar las regulaciones y restricciones aduaneras antes de comprar cualquier artículo, especialmente cuando se trata de perlas y tallas de madera hechas de especies protegidas o en peligro de extinción.
Polinesia Francesa: Un paraíso en la Tierra Ubicada en el corazón del Océano Pacífico, la Polinesia Francesa es un paraíso tropical como ningún otro. Con sus cristalinas aguas color turquesa, prístinas playas de arena blanca y exuberantes paisajes verdes, este archipiélago es un destino de ensueño para los viajeros que buscan una escapada tranquila e idílica. La Polinesia Francesa está formada por 118 islas y atolones, cada uno ofreciendo su propio encanto y belleza únicos. La más famosa de estas islas es, sin duda, Bora Bora, con sus icónicos bungalows sobre el agua y sus impresionantes vistas del monte Otemanu. Aquí, los visitantes pueden disfrutar de complejos turísticos de lujo, explorar vibrantes arrecifes de coral y disfrutar del cálido sol polinesio. Para aquellos que buscan una experiencia fuera de lo común, las islas de Moorea y Tahití son igualmente cautivadoras. Moorea, conocida como la ""isla hermana"" de Bora Bora, cuenta con espectaculares picos volcánicos, valles exuberantes y playas solitarias. Los visitantes pueden embarcarse en aventuras de senderismo, explorar plantaciones de piña o simplemente relajarse en las prístinas costas de la isla. Tahití, la isla más grande de la Polinesia Francesa, es la puerta de entrada a este paraíso tropical. Su bulliciosa capital, Papeete, ofrece una vibrante mezcla de cultura de la Polinesia Francesa, con animados mercados, artesanías tradicionales y deliciosa cocina local. Los visitantes pueden sumergirse en la rica historia de la isla visitando el Museo de Tahití y sus Islas o explorando los antiguos marae (lugares sagrados) repartidos por toda la isla. Uno de los aspectos más destacados de un viaje a la Polinesia Francesa es sin duda la oportunidad para explorar sus maravillas submarinas. El archipiélago alberga algunos de los arrecifes de coral más espectaculares del mundo, repletos de una vibrante vida marina. Los entusiastas del snorkel y el buceo quedarán asombrados por el caleidoscopio de colores y diversas especies que habitan estas aguas. Más allá de su belleza natural, la Polinesia Francesa también ofrece un rico patrimonio cultural. El pueblo polinesio es conocido por su cálida hospitalidad y sus tradiciones profundamente arraigadas. Los visitantes pueden sumergirse en el estilo de vida local asistiendo a espectáculos de danza tradicional, aprendiendo el arte de elaborar coronas de flores o participando en una clase de cocina tahitiana. La Polinesia Francesa es un destino abierto durante todo el año, con un clima tropical que Garantiza temperaturas cálidas y sol durante todo el año. Sin embargo, la mejor época para visitar es durante la estación seca, que va de mayo a octubre, cuando el clima es más fresco y hay menos posibilidades de lluvia. Llegar a la Polinesia Francesa es relativamente fácil, con vuelos internacionales regulares que conectan el archipiélago a las principales ciudades del mundo. Una vez allí, los vuelos y ferries entre islas brindan un transporte conveniente entre las diferentes islas, lo que permite a los visitantes explorar los diversos paisajes y atracciones. En conclusión, la Polinesia Francesa es un verdadero paraíso en la tierra. Su belleza natural, su rica cultura y su cálida hospitalidad lo convierten en un destino de ensueño para los viajeros que buscan una escapada tropical inolvidable. Ya sea que elija relajarse en las playas vírgenes, explorar el vibrante mundo submarino o sumergirse en la cultura local, la Polinesia Francesa le dejará recuerdos que durarán toda la vida.